Marco conceptual

Al hablar de proceso histórico se indica que hay una realidad en permanente movimiento, en la que aparecen de forma potencial diferentes alternativas de desarrollo. Así, el rumbo que toma el proceso histórico es el resultado de la confrontación entre fuerzas sociales participantes en conflictos que se resuelven dando, por un lado, lugares concretos a algunas de estas alternativas y por otro lado, hacen surgir nuevos conflictos que contienen distintas potencialidades de desarrollo, las cuales pueden o no tomar lugar dependiendo de las relaciones de fuerza.

Como ya se mencionó, la perspectiva teórica que aquí se aborda no toma a los Estados como los únicos ni los más importantes actores dentro del orden global, por lo que al hacer referencia al norte o al sur se habla además de las fuerzas sociales propias de cada uno de estos polos de desarrollo, que sobrepasan a sus respectivos Estados. Adicionalmente, la dicotomía norte/sur se refiere a los países que se incluyen en cada uno de estos grupos, mientras que la división centro/periferia habla de la posición que ocupan estos países en el escenario internacional.

En la clasificación norte se incluyen también al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial por dos razones:

La deuda externa en Latinoamérica se entiende como el resultado de un proceso histórico que paulatinamente fue vinculando a estos países con el endeudamiento internacional, mientras paralelamente se promovía desde el norte y se aceptaba en el sur la implementación de ciertas medidas políticas y económicas que transformaron los Estados y las sociedades del subcontinente. Estas transformaciones introdujeron a las sociedades en un orden mundial, resultado de una configuración concreta de recursos de poder, instituciones e ideas, en la que el norte es el polo dominante. De esta forma, se aceptó la legitimidad de las organizaciones internacionales y la legalidad nacional se puso en consonancia con las indicaciones de aquellas.

Adicionalmente, se aceptó un modo ideológico condicionado históricamente según el cual el mercado es el mejor mecanismo regulador de la vida social, donde es esencial hacer énfasis en los factores de acumulación de capital y se supeditan los problemas de distribución. (Mora, 2006).

Estas transformaciones se impulsaron en América Latina, a través de unos preceptos político-económicos que buscaban formalmente el desarrollo de proyectos destinados al aumento de la capacidad productiva y desde el inicio de la década de los 90, con la aparición del Consenso de Washington, la implementación de ajustes macroeconómicos que garantizaran el pago de la deuda externa y la estabilidad del sistema financiero internacional (Arcos Palma, 2000). La forma de introducir estos ajustes en los Estados latinoamericanos fue en importante medida condicionando el crédito del BM al desarrollo de proyectos y del FMI a la implementación de planes de ajuste estructural (PAE).

Finalmente, la pobreza se entiende como la ausencia de recursos económicos y la privación de las capacidades. (Amartya Sen, 2000). La pobreza es la ausencia de libertades fundamentales que tiene una persona "para llevar el tipo de vida que tiene razones para valorar." (Sen, 2000, p. 114). Por lo tanto, "la pobreza debe concebirse como la privación de capacidades básicas y no meramente como la falta de ingresos, que es el criterio habitual con el que se identifica la pobreza”. (Sen, 2000, p. 114).
Bajo esta perspectiva, se traslada la atención principal de los medios (y de determinado medio que suele ser objeto de una atención exclusiva, a saber, la renta) a los fines que los individuos tienen razones para perseguir y por lo tanto, a las libertades necesarias para poder satisfacer estos fines. (Sen, 2000, p. 117).