Los nuevos gobiernos después del populismo latinoamericano
Una nueva generación de políticos hizo su aparición para copar los espacios que habían sido dejados por los desgastados gobiernos populistas de las últimas décadas. La nueva ola de gobiernos empieza con la llegada de Pinochet en 1973 a La Moneda, y es seguida por José Sarney en 1985 en Brasil, en 1989 Andrés Rodríguez en Paraguay, Carlos Menem en 1989 en Argentina, César Gaviria en Colombia en 1990, Alberto Fujimori en Perú también en el 90, Fabián Alarcón en 1997 en Ecuador, Hugo Chávez en 1999 en Venezuela, Evo Morales en Bolivia en 2005 y nuevamente en Ecuador esta vez Rafael Correa quien asumió en 2007.
Hay que decir que estos gobiernos tienen en común que llegaron al poder manifestando la necesidad de generar un cambio frente a la matriz estatista de los populismos tradicionales y que sin embargo, muchas de sus prácticas han respondido igualmente al estilo de estas experiencias. Para la mayoría de esta nueva generación de mandatarios, es fácil plantear dudas sobre la legitimidad democrática con la que llegaron al poder y con la que gobernaron. Desde casos como el de Pinochet y de Andrés Rodríguez que llegaron a la presidencia tras golpes de Estado o de Chávez que intentó llegar por esa vía, pasando por Fujimori y Alarcón cuyas llegadas al poder y mandatos se caracterizaron por sendos niveles de corrupción, hasta los presidentes Sarney y Gaviria que asumieron tras la muerte del presidente electo en un caso y el candidato presidencial más opcionado en el otro. Sea como sea, todos estos presidentes efectivamente realizaron los cambios prometidos y reformaron profundamente la estructura de los Estados latinoamericanos.
Las ideas de reforma económica e institucional estaban contenidas en un paquete de fórmulas que versaban en materia de reorganización macroeconómica y disciplina monetaria, libre mercado y apertura económica; encapsuladas en el llamado Consenso de Washington. Paul Davidson (2003) cita a Williamson (2002) y resume el Consenso de Washington y el contexto en el que entró a operar.
Todas las medidas del Consenso de Washington quedaron más o menos contenidas en todas las reformas y nuevas constituciones que se promulgaron desde la llegada de Pinochet en el 73, hasta cambios en la tendencia que se presentan desde 1999 con la nueva constitución venezolana impulsada por Hugo Chávez, pues a partir de ese momento empiezan a aparecer constituciones (las de Ecuador y Bolivia) que intentan plantear un cierto distanciamiento de las ideas del libre comercio en la concepción del Consenso de Washington.
Figura 1. Consenso de Washington.
Fuente: Elaboración Propia.
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Una parte de estas reformas ortodoxas fueron adoptadas por los nuevos gobiernos como parte de sus promesas de reforma estructural, mientras que otra parte de los cambios fueron obligados por los condicionamientos de los créditos del FMI que habían ‘ayudado’ en la crisis de la deuda. Es por esto que a partir de 1990 se instaura el libre comercio como enfoque de inserción internacional, lo cual se evidencia en la disminución de aranceles que pasaron de estar en promedio por encima de 40% al final de la década de los ochentas a rondar por lo bajo del 10% en 1992. Si bien la reducción arancelaria fue un cambio mundial generalizado, las barreras no arancelarias al comercio como los permisos o cupos de importación y los subsidios también fueron eliminadas en Latinoamérica y no de forma amplia en los países del centro.