Crisis de la deuda externa: recorrido por América Latina

A continuación se presenta un breve recorrido por Latinoamérica y su situación con la crisis de la deuda externa:

  1. Un mecanismo utilizado para enfrentar la crisis de los ochentas fue la utilización de las reservas internacionales para financiar la estabilidad económica. Esta fue una política utilizada por Alejandro Toledo en el Perú, la cual fue acompañada por emisión de dinero, control de precios y tipo de cambio fijo. La estabilización lograda por estas políticas no duró mucho tiempo y a finales de la década Perú tenía hiperinflación.
  2. Mientras las dificultades económicas golpeaban la estabilidad de esta forma de gobierno, otro factor se volvía determinante en el rumbo de los países: la disputa de la Guerra Fría entre el capitalismo y el comunismo hacia su entrada en América Latina en la forma de la Doctrina de Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos, pretendiendo con ella mantener alejada la influencia comunista. Durante este periodo la movilización social es bastante alta y así mismo lo fue la proliferación de movimientos que portaban la bandera de la revolución, algo que preocupaba al norte americano porque significaba el contagio en el vecindario de las ideas soviéticas.
  3. No era bien visto por la cabeza del mundo capitalista que los gobiernos de la región fueran tan descuidados económicamente y que permitieran tal efervescencia social, que incluso cobraran fuerza movimientos ilegales y en algunos casos legales como la fuerza política que llevó a Allende al poder en Chile en 1970, con lo que la izquierda se constituyó como una opción de gobierno. Por tal motivo, Estados Unidos empezó a apoyar a diferentes fuerzas políticas y militares en los países latinoamericanos para que contrarrestaran el peso de los populismos e impulsaran en sus respectivos países políticas más amables con el capitalismo.
  4. El discurso antisubversivo del norte caló profundamente en algunos sectores del poder, especialmente en las fuerzas militares que se apersonaron de la lucha anticomunista iniciando una intensa ola de golpes de Estado, comenzando en el Cono Sur con Argentina, Chile y Uruguay, donde los gobiernos que habían sido elegidos por la población, fueron derrocados instaurando así férreas y represivas dictaduras. Los nuevos gobiernos militares empezaron el desmonte del intervencionismo del Estado en asuntos económicos, aunque lo mantuvieron e incluso incrementaron en muchos otros aspectos de la vida nacional. La razón es que si bien sostenían sus mandatos con la extensión de los brazos del poder conservando un alto nivel de represión sobre otras alternativas políticas, así como controlando centralizadamente los acontecimientos de la vida nacional, las dictaduras querían marcar su distancia con el enemigo ‘subversivo’ derrocado en cuanto a la injerencia que este mantenía sobre la economía.
  5. Ciertamente, la debacle económica en la que se encontraban los países del Cono Sur por cuenta de los malos manejos monetarios y fiscales representaba para las dictaduras una fuente de argumentos para justificar la necesidad de elegir otra forma de manejo económico, la cual fue escogida siguiendo los lineamientos del libre comercio defendido en el norte del continente, ya que de estas mismas latitudes había llegado el apoyo que en importante medida permitió la llegada al poder de los militares.
  6. El caso de países como Brasil y México es diferente, donde los autoritarismos no vieron en el intervencionismo del Estado al culpable de los males de los países, aunque también influenciados por la Doctrina de Seguridad Nacional, plantaron distancia de los modelos del intervencionismo populista de izquierda. En estos casos la injerencia de los Estados en la economía y en la sociedad se transformó más que aumentar o disminuir.
  7. Los populismos que todavía sobrevivían en los setentas, pero especialmente las dictaduras del Cono Sur y los gobiernos militares desarrollistas, no tenían ningún fundamento de legitimidad democrática, empezaron a financiar sus mandatos y sus bolsillos con créditos externos baratos. No había mayor obstáculo o mecanismos de control para que los gobiernos adquirieran con bancos internacionales enormes cantidades de dinero. De hecho, los prestamistas en la mayoría de casos, bancos de los países del centro, estaban muy a gusto con la enorme demanda de crédito de los países latinoamericanos pues sus arcas rebosaban de dinero y podían ofrecer crédito barato. Los gobiernos populistas se mantuvieron gracias a un ‘impuesto inflacionario’ mientras que los dictatoriales lo hicieron con la ayuda del endeudamiento. El resultado de estas décadas fue a altísimos niveles de inflación y un crecimiento acelerado de la deuda que hicieron que desde mediados de los setentas se empezara a resquebrajar el modelo y que para 1982 con la crisis de la deuda externa ya fuera insostenible
  8. El aumento de las tasas de interés multiplicaban la deuda y una recesión global hizo que disminuyeran los flujos de capital hacia la mayoría de países latinoamericanos (no fue caso en Colombia y Chile). Con estas condiciones de desfinanciamiento, empezó a ser impopular sostener a costa de la pobreza de la población a unos Estados hipertrofiados y a su gasto extensivo, por lo que reducir su tamaño físico y fiscal se volvió casi que una norma en los países de la región. Como afirma Cavarozzi (1993), la cuestión dejó de ser si el Estado debía o no ser intervencionista. La discusión, al acercarse la última década del siglo XX se redujo a cómo reducir el tamaño del Estado.
  9. Se encuentra entonces que a finales del siglo XX, el deterioro macroeconómico y la inestabilidad política de los países, aunado esto a la modificación de las condiciones internacionales, ocasionaron que tanto los gobiernos democrático-populistas como los dictatoriales perdieran margen de maniobra y el Estado intervencionista se debilitó frente al fortalecimiento de las ideas del libre comercio, de Estado vigilante y del fortalecimiento de la democracia. La debilidad de los regímenes imperantes disminuyó su capacidad de mantener en la sombra a las demás corrientes políticas, por lo que diferentes grupos con banderas democráticas empezaron a aparecer en los escenarios nacionales con un importante nivel de apoyo de la población. Fue así como muchos de los gobiernos fueron remplazados por diferentes vías y desarrollaron planes para reordenar el caos económico, lo cual hizo que siguieran los lineamientos ortodoxos de política económica con la guía del Fondo Monetario Internacional y de Banco Interamericano de Desarrollo