Cómo evaluar los resultados
No existen normas universales para evaluar sistemáticamente los resultados de una investigación. Sin embargo, Van Dalen y Meyer (1981), sugieren en el siguiente cuestionario, algunas preguntas que conviene responder antes de comenzar el estudio, durante su desarrollo y cuando esté determinado.
- ¿Las pruebas reunidas han sido analizadas desde un punto de vista lógico para verificar la validez de las consecuencias deducidas a partir de la hipótesis?
- ¿Tales análisis han sido formulados objetivamente, y se ha procurado evitar influencia de las opiniones y prejuicios personales?
- ¿Se incurrió en generalizaciones demasiado amplias, carentes de pruebas que las respalden? ¿Se ha tratado de delimitar con cuidado el alcance de las generalizaciones?
- ¿En el informe existen contradicciones, incongruencias o enunciados confusos, vagos o exagerados?
- ¿Las conclusiones, opiniones e inferencias se confunden con los hechos?
- ¿El investigador omite las pruebas que no concuerdan con su hipótesis?
- ¿Se llama la atención sobre la posible existencia de relaciones no previstas, aparte de aquellas que sirvieron de base a las hipótesis formuladas?
- ¿Los hallazgos del estudio se relacionan con las investigaciones anteriores? ¿Se procura formular generalizaciones de amplio alcance sobre la base de las inferencias acerca de las relaciones entre los datos o se trata de que estas alcancen un nivel teórico más elevado?
- ¿Se señalan los factores no controlados que pueden afectar los resultados de la investigación?
- ¿Se admiten y exponen con honestidad las carencias de los datos?
Estas fuentes pueden ser válidas siempre y cuando el investigador siga un procedimiento sistematizado y adecuado a las características del tema de estudio, a los objetivos de la investigación, al marco teórico, a la hipótesis, al tipo de estudio y al diseño seleccionado para la investigación.