La actividad política
La cooperación voluntaria con el sujeto activo tiene gran importancia para éste, por cuanto bajo estas condiciones puede ejercer poder con un mínimo de utilización de sanciones, gozando al mismo tiempo de una situación de legitimidad, que consolida y estabiliza su posición ante los sujetos pasivos y otros agentes de poder.
Para Habermas, la legitimidad se encuentra provista de un reconocimiento social al orden político, si el ordenamiento político no merece que la sociedad le reconozca, el mero uso de la fuerza no podrá legitimar el ejercicio del poder (Habermas, 1975). De acuerdo con lo anterior, es de resaltar el postulado de Rousseau, según el cual es imposible mantener al pueblo sometido por la fuerza, el poderoso ha de convertir el uso de la fuerza en Derecho para legitimarse y garantizar la prevalencia, de lo contrario el sometimiento por el simple uso de la fuerza es desgastante y finito (Rousseau, 1980).
Sería posible, por cierto, desarrollar otras concepciones acerca de la naturaleza de la actividad política, pero ello rebasaría el limitado objetivo de este tratamiento del tema. En todo caso, a pesar de las diferencias que podrían encontrarse con otras perspectivas, hay una amplia coincidencia en la bibliografía en considerar como elemento central de la política el fenómeno de "la autoridad, el gobierno o el control, sus objetivos o funciones y las formas o métodos por los que se compite para su ejercicio".
De igual manera, la política se da en muchos grupos sociales, pero en la era contemporánea se concentra especialmente alrededor de las instituciones del Estado y dentro de ellas. En la medida en que hay actividad política en el seno de grupos analíticamente distintos del Estado - genéricamente, la sociedad civil - ésta por regla general se da en el marco de limitaciones y condicionamientos provenientes de la regulación estatal.
La política en torno del Estado se centra especialmente en el propósito de obtener para determinados grupos el control de los mecanismos de autoridad, proceso competitivo que en los regímenes democráticos y de derecho es limitado y regulado, pero que bajo regímenes autoritarios y totalitarios, o en situaciones donde no se ha consolidado una forma determinada de régimen, presenta variadas modalidades, entre las cuales cobran importancia las que implican, en algún grado relevante, el uso de la fuerza (Rousseau,1980).
