Proceso de la Globalización Cooperativa

Dentro del cambio y la bienvenida de un mundo globalizado la expectativa era bastante alta en procurar que los procesos como el fin de la Guerra Fría, la desreglamentación estricta de la economía y los acuerdos de libre comercio, así como los avances en materia de telecomunicaciones e informática, fueran alcanzados en una atmosfera próspera para todos. Sin embargo, esta expectativa se queda un poco corta al comprobar que los fenómenos presentados son sociedades más polarizadas económicamente que luchan con un alto nivel de desempleo, conflictos y problemas medioambientales.

“Son las veintiuna diez; en el aeropuerto berlinés de Tegel una rutinaria y amable voz comunica a los fatigados pasajeros que pueden finalmente embarcarse con destino a Hamburgo. La voz pertenece a Angélica B., que está sentada frente a su tablero electrónico de California. Después de las dieciséis, hora local, la megafonía del aeropuerto berlinés es operada desde california, por unos motivos tan sencillos como inteligentes. En primer lugar, allí no hay que pagar ningún suplemento por servicios en horas extracomerciales; en segundo lugar, los costes salariales (adicionales) para la misma actividad son considerablemente mucho más bajos que en Alemania.” (Beck, 1998)

El fragmento anterior es posible gracias a avances en tema de tecnología, corrigiendo una premisa supuestamente inderogable del sistema de trabajo de las sociedades industrializadas; que se refiera a la necesidad de que los operativos trabajen juntos en un lugar concreto para producir determinados bienes o servicios. Bajo este nuevo proceso laboral se convierte en algo casi imposible que los empleados “cooperen” transnacional o transcontinentalmente, o presten servicios concretos en contacto “directo” con el destinatario o consumidor.

La importancia que ha adquirido el tema se remonta al nacimiento del cooperativismo moderno a comienzos del siglo XIX en Inglaterra, un pensamiento influido fuertemente por el socialismo premarxista y los anticapitalismos ricardianos enmarcados en valores como igualdad, democracia, solidaridad y equidad; que adoptaron los industriales de la época en sus cooperativas, con una gestión encaminada a lograr una empresa democrática en la que la toma de decisión está en poder de una mayoría de socios u/o usuarios. La igualdad de derecho de voto, la adhesión voluntaria, la retribución de capital social obligatorio con un interés limitado y la creación de un patrimonio cooperativo irrepartible; fueron las características primordiales de aquel cooperativismo moderno. (Monzón, 2013)