Relaciones de interdependencia y cooperación entre Estados
La hegemonía en la comunidad internacional
En la comunidad internacional se identifican claramente grupos o bloques de países o fuerzas internacionales que ejercen poder político y económico en diferente grado y modalidad, al actuar como sistemas integrados, según sus intereses; con la advertencia de que las relaciones internacionales, como todas las actividades de los grupos humanos son dinámicas y por ende cambiantes y aun cuando sean claramente identificables en la actual coyuntura mundial, ellas no deben ser entendidas como permanentes e inmutables.
Sin embargo, existe un fenómeno subyacente en el escenario internacional que equilibra y desequilibra constantemente a los actores que configuran este sistema, ello opera en una lógica transversal creando polos, ejes y coyunturas a lo largo globo, a través de influencias, coerción, supremacía y construcción de cánones y dogmas en la caracterización de lógicas mesiánicas y predestinadas, concatenando cada uno de estos elementos la categoría implícita en este punto es la hegemonía, Ceceña, (2004) es enfática al mencionar que la hegemonía más allá de uso en contextos disimiles y diversos, es fundada a partir de un pretérito de dominación:
“Hegemonía es una categoría que se ha ido formando de sentidos y contenidos diversos. Desde su uso militar o guerrero hasta su resignificación gramsciana, se va llenando de sustancia al tiempo que se traslada de campo relacional. Si hegemonía era una combinación entre dominación, fuerza y capacidad dirigente en el lenguaje guerrero, se convierte, en boca de Gramsci, en espacio de construcción del sujeto revolucionario. La estrategia de dominación que subyace en la primera concepción se presenta, en la segunda, como estrategia de emancipación y, por ende, ocurre en ese tránsito un cambio de contenidos que encamina la construcción de la hegemonía hacia la creación de imaginarios y sentidos colectivos mucho más que hacia la aplicación de fuerza bajo cualquier de sus formas, aunque fuerza y persuasión constituyan, en su perspectiva, una unidad indisoluble, si bien contradictoria”. (Ceceña, 2004: 20 – 21)
La hegemonía entonces, se gesta como un elemento de trascendencia colosal en la relación de los Estados contemporáneos, dado que los elementos constitutivos de esta categoría, entendidos como, poder político, desarrollo económico, supremacía armamentista, etc, consolidan la influencia directa, colateral, coercitiva, demagógica, en lenguaje casto directo o sutil, que puede ejercer y/o ejecutar un determinado actor con hegemonía, por alguna o en suma todas las características del mismo punto.
La hegemonía es un concepto que por antonomasia ha construido, impuesto e infundado la política exterior que emplean los Estados contemporáneos en diversos ámbitos, mírese groso modo, pero con una perspectiva crítica y prolija los casos cronológicos del Desarrollismo Económico, El Neoliberalismo, La Doctrina Marshall, la seguridad, securitización y política antiterrorista, El Respice Polum, y demás mecanismos de actores hegemónicos o del Hegemón para ejercer directrices en cuanto al comportamiento de los Estados que son relegados en la arena internacional.
La interdependencia entre Estados
El actual Sistema Internacional funciona conforme a la interdependencia gracias a la existencia de múltiples canales que conectan a las sociedades, como lo son las relaciones interestatales, las realciones intergubernamentales y las relaciones transnacionales. Sin embargo esas relaciones interestatales no cuentan con un sistema jerarquíco claro y consistente, lo cual quiere decir que dentro de la agenda internacional no se está teniendo en cuenta el tema y la importancia de la seguridad militar, generando una tensión entre los problemas internos y externos.
La interdependencia se ha convertido en el eje principal de las relaciones entre Estados, pues por medio de ella se mantiene un dinamismo en la sociedad y en la economía en términos de políticas sociales, culturales y económicas.
La interdependencia está en crecimiento desde su aparición, en la Segunda Guerra Mundial, pues se ha convertido en una corriente en constante crecimiento que ha marcado el devenir de las Relaciones Internacionales, marcando las pautas de cómo debe funcionar el nuevo orden mundial y plasmando las características de un cambio radical. En este sentido, se puede observar el gran nivel de acaparamiento que ha ejercido la interdependencia en la tendencia no solo mundial sino en particular de cada Estado, pues se ha apoderado de los factores más importantes de crecimiento económico como lo son las interacciones económicas, políticas, informativas y comunicacionales, científico-técnicas, culturales y sociales entre los Estados, entre los actores internacionales y entre los individuos.