II Guerra Mundial: Dominio Nazi e Imperios Fascistas
Hitler somete a Europa
Comienza la Segunda Guerra Mundial y en los primeros siete meses de la guerra, en el occidente de Europa sólo se presentaron enfrentamientos limitados entre patrullas de reconocimiento. Polonia siendo el país con mayor población judía a excepción de U.R.S.S en Europa no recibió ayuda militar para defenderse del invasor y terminó siendo repartida entre Alemania y U.R.S.S. (Rodríguez, 1989).
Francia e Inglaterra, conjuntamente con la URSS, hubieran podido derrotar a Hitler puesto que la potencia militar de estas tres naciones superaba la de Alemania, con 13.000 tanques y más de 10.000 aviones contra 3.200 tanques y 4.400 aviones alemanes.
La URSS, como tenía un pacto de no agresión con Alemania y Polonia, no aceptó su ayuda militar y se limitó a recuperar antiguos territorios rusos. La pasividad de Inglaterra y Francia permitió a los Nazis prepararse mejor para atacar Occidente.
El 9 de abril de 1940 Alemania atacó Dinamarca y Noruega y el 10 de mayo inició la invasión de Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo.
Tropas británicas y francesas (unos 340.000 hombres) retrocedieron hasta Dunquerque, perseguidos por los alemanes, y de allí, dejando abandonado el material de guerra, pasaron el Canal de la Mancha para refugiarse en las islas británicas.
El 14 de junio de 1940 las tropas Nazis entraron en París: habían necesitado sólo cuarenta días para derrotar a franceses, británicos y sus aliados y obligar a Francia a capitular.
Para mediados de 1941 los agresores habían sometido a doce países europeos. Quedaban al margen de la guerra solamente Suecia, Suiza, España, Portugal, Irlanda y Turquía. África estaba involucrada desde 1940 (allí tropas alemanas ayudaban a los italianos en sus conquistas).
El papel de Asia
En el Extremo Oriente los políticos y militares japoneses tenían planeado, ahora que se había iniciado la guerra en Europa, apoderarse primero de los recursos económicos de las posesiones inglesas, holandesas y americanas del sudeste de Asia y del Océano Pacífico y esperar que Alemania debilitara a la URSS para conquistar Mongolia y territorios soviéticos.
El 22 de junio de 1941 Alemania, sin declaración de guerra, atacó a la URSS con un ejército descomunal de 5 millones de hombres, más de 4.000 carros de combate, unos 5.000 aviones, más de 47 mil cañones y morteros y más de 20 buques de guerra y auxiliares. La máquina de guerra de Alemania había crecido en forma desorbitada con recursos, industria, territorios, soldados y científicos, tanto de sus aliados como de los países ocupados (doce en Europa). Ya Inglaterra y los Estados Unidos no podían separadamente detener a Hitler, era imprescindible formar una coalición contra Alemania en la que entrara la URSS.
Durante la guerra, la Carta del Atlántico, del 14 de agosto de 1941, planteaba varios principios en los que se fundaban “las esperanzas en un futuro mejor para el mundo”, según la declaración del Presidente de Estados Unidos, entonces neutral, y el Primer ministro de Gran Bretaña. Estos principios, expuestos en ocho parágrafos, contenían normas sobre la autodeterminación de los pueblos, igual acceso a las materias primas, la colaboración internacional, la seguridad, la libertad de los mares y finalmente el desarme.
El 7 de diciembre de 1941, aviones japoneses atacaron la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor (Hawai) y a partir de ese momento emprendieron la ofensiva en el Asia sudoriental.
El 1 de enero de 1942 en Washington 26 Estados, entre ellos Inglaterra, Estados Unidos y la URSS, firmaron la Declaración de las Naciones Unidas. Por ella se comprometían a emplear todos los recursos en la lucha contra los agresores y no concertar la paz por separado. En esta fecha, las Naciones en lucha contra las potencias fascistas se adhirieron solemnemente a este principio, al suscribir la Declaración de las Naciones Unidas “comprometidas en una lucha común contra las fuerzas salvajes y brutales que tratan de subyugar el mundo”.
Antes de mayo de 1942 Japón había ocupado Malaya, Birmania, las islas de Indonesia, las bases navales inglesas de Singapur y Hong Kong.
Tropas japonesas ocuparon islas que pertenecían a Inglaterra y Estados Unidos, invadieron el sudeste de China y se acercaron a India y Australia: seis millones de kilómetros cuadrados estaban en poco tiempo en, poder de los nipones, junto con sus 400 millones de habitantes y riquísimas reservas estratégicas. El Imperio del Sol Naciente aspiraba a llegar con sus tropas hasta los Estados Unidos, hasta la Casa Blanca.
A finales de 1943 en Teherán (Irán), tuvo lugar la primera entrevista de Churchill, Roosevelt y Stalin, gobernantes de Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS, respectivamente. Allí se discutieron y adoptaron resoluciones para la derrota de Alemania y la colaboración después de la guerra.
Al tratarse en Teherán la cuestión de la apertura del frente militar occidental a cargo de europeos y estadounidenses, Churchill propuso su plan de desembarco en los Balcanes, pero la Conferencia decidió abrir el frente de las potencias occidentales en el Canal de la Mancha en mayo de 1944. Sin embargo Churchill siguió empeñado en ocupar los Balcanes, lo cual demoró la apertura de este segundo frente y por consiguiente la derrota de los nazis y fascistas.
Caída de los Nazis
En Moscú los nazis sufrieron su primera derrota en los inicios de 1942. En adelante ya no se creyó más en la invencibilidad alemana. Fueron derrotados con grandes pérdidas también en Stalingrado, Kursk, Leningrado y otros campos de batalla. En marzo de 1944 el Ejército Rojo soviético perseguía a los nazis más allá de sus fronteras, en Rumania, y en julio ya estaba en Polonia. Estas victorias y el temor de que los comunistas ocuparan toda Europa aceleraron la apertura del segundo frente por parte de los Estados Unidos e Inglaterra.
El 6 de junio tropas inglesas, estadounidenses y canadienses, bajo el mando de D. Eisenhower desembarcaron en Normandía (norte de Francia), Alemania era atacada por fin por fuerzas combinadas superiores y totalmente cercada por dos frentes: el soviético (oriente) y el occidental. Ese día, 6 de junio de 1944, las tropas soviéticas estaban a las puertas del Reich Alemán.
El avance de los aliados por occidente y las operaciones del Ejército Rojo desmoronaron el Imperio Alemán.
En 1943 Italia había capitulado; al año siguiente Finlandia estaba fuera de combate. Las victorias rusas en el centro y sudeste de Europa contribuyeron a que Bulgaria, Rumania y Hungría rompieran relaciones con Alemania y le declararan la guerra.
Las victorias de la aviación y marina estadounidenses hicieron perder al Japón prácticamente todos los territorios conquistados en el Pacífico. Todo esto hacía pensar en que la victoria aliada estaba asegurada.