Eras de la Geopolítica
Geopolítica Civilizatoria
Surge a finales del siglo XVIII como reacción a la lucha por la estabilidad en la Europa Occidental del momento, la cual se encontraba en guerras religiosas y había perdido su centro fundamentalmente basado en la cristiandad común.
Esta época estuvo influenciada por la forma como la economía política internacional se había caracterizado por un equilibrio en el concierto Europeo de naciones donde ningún Estado estaba en capacidad de imponer su criterio por encima de los demás en el continente Europeo pero, que a pesar de lo anterior, mostraba una clara dominación y hegemonía de los Británicos en la mayor parte del resto del mundo.
Este despliegue de músculo financiero y económico por parte de Gran Bretaña se dio en buena medida como consecuencia de la revolución industrial experimentada por los ingleses y tuvo como consecuencia directa el fortalecimiento de las relaciones con los otros continentes, por encima del resto de países Europeos.
En este contexto, la búsqueda de mercados para las manufacturas, y la enorme disponibilidad de capital para inversiones en ultramar, desencadenó presiones para que hubiera una expansión exterior que escalonara a Gran Bretaña en una posición más favorable frente al resto de países Europeos, mientras estos se concentraban en la construcción de una economía nacional en sus respectivos países, un proceso que ya había sido concluido en Londres.
De esta forma es menester resaltar cómo la dinámica de capital de inversiones de todo el mundo convirtió a Londres para la época en el epicentro más influyente y el centro financiero a nivel mundial. Por lo tanto, el interés político primordial del capital financiero estaba en evitar problemas económicos en aquellos lugares a donde eran destinadas estas inversiones, por lo cual no resulta extraño mencionar que la estabilidad era por ende un elemento valorado y con frecuencia se observaban intervenciones de carácter militar fuera de Europa en aras de mantener el statu quo, donde este pudiera verse amenazado.
A pesar de lo anterior, a finales del siglo XIX, la hegemonía Británica se encontraría amenazada por el éxito económico de las economías alemanas y estadounidense y sometida a un doble dilema, según afirma Agnew (2005, p.104), pues por un lado se enfrentaba a una competencia cada vez más mayor en cuanto a manufactura y por el otro, tenía una ventaja sobresaliente en cuanto a su acceso al resto del mundo sobre sus inmediatos competidores.
Entonces, el concepto de estabilidad, adoptado en el seno del concierto de Europa, donde el orden político era establecido por las aristocracias europeas, empezaba a derrumbarse.
Con base en lo anterior, podemos afirmar que la geopolítica civilizatoria puede ubicarse en el contexto económico espacio temporal ubicado entre 1815-1875, teniendo como principales elementos identificadores:
- La Hegemonía de la civilización Europea.
- La creencia de que las raíces de la singularidad Europea se encontraban en su pasado.
- El sentimiento de que otras culturas, aunque pudieran tener un noble pasado colmado de grandes logros, habían sido eclipsadas por Europa.
- Una creciente identificación con un Estado-Nación en concreto.
Como resultado de las anteriores características, la idea de una superioridad Europea a lo largo de la era de la Geopolítica Civilizatoria fue afianzándose más de forma paulatina con una arrogancia que sostenía que Europa era la más civilizada y mejor gobernada de todas las regiones del Mundo (Bassin, 1993, p. 3).
Geopolítica Naturalizadora
Esta época abarca los periodos comprendidos entre 1875 hasta 1945. En esta era de la Geopolítica, Agnew (2005, p. 110) manifiesta que ahora la geopolítica ya no obedecía a unos criterios civilizatorios y que por el contrario, se encontraba en esta época determinada por el carácter natural de los Estados.
En este sentido resulta útil mencionar que una vez que el viejo concierto de Europa se deshacía a finales del siglo XIX, surgieron dos grupos de Estados rivales: uno comandado por Gran Bretaña y Francia, con el apoyo de los Estados Unidos, que promulgaban el respaldo al libre comercio y el Imperialismo, y otro grupo de países, capitaneado por Alemania, que se manifestaban abiertamente como Estados revisionistas y cuyos integrantes estaban interesados en construir sus propios imperios cuestionando el dominio financiero británico.
Por ende es natural pensar que la Geopolítica Naturalizadora tenía una serie de rasgo reveladores, pues por una parte presentaba a un mundo dividido en pueblos imperiales y colonizados, adicionalmente unos Estados con necesidades biológicas de territorios y recursos, y por último, un mundo cerrado en el que el éxito económico de uno de los Estados se conseguía por el detrimento de los intereses del otro.
En el periodo, la humanidad presenció en las dos guerras mundiales, que sacudieron en la primera mitad del siglo XX, las expresiones más dramáticas y violentas de confrontaciones bélicas vividas en cualquier etapa de la humanidad. Solo durante la I Guerra Mundial, más de 60 millones de soldados fueron desplegados al campo de batalla. Tan solo unos años después, el mundo vería en la II Guerra Mundial unos niveles de violencia que superarían con creces los evidenciados en la primera. Pues a finales de 1945, la guerra superaba los 70 millones de víctimas, la mayor parte de ellos civiles, en el marco de un escenario de horror y sufrimiento donde Inglaterra se constituyó como el único país Europeo en combatir en la II Guerra Mundial de principio a fin.
Estas situaciones de violencia extrema se ve ampliamente reflejada en la Geopolítica Naturalizadora, ya que al ser los Estados unos entes con necesidades biológicas equiparables a las vividas por los seres vivos, las reglas para suplir esas necesidades también se asemejaron a las reglas que regulan las disputas en el mundo natural; que en el caso de los Estados se evidenciaban en recursos y territorios.
Las tensiones entre las principales potencias Europeas, por el acceso a estos elementos, terminarían por dirimirse mediante el uso de la fuerza bélica, a través de alianzas que involucrarían a una gran cantidad de países en la disputa por la hegemonía mundial.
Geopolítica Ideológica
Como resultado del fin de la II Guerra Mundial, se evidenció el afianzamiento de dos grandes superpotencias que entrarían en un antagonismo económico, político, militar e ideológico, y que serviría para estructurar la era de la Geopolítica Ideológica entre 1945 hasta 1989.
La imaginación geopolítica estaba direccionada respecto a cómo organizar la economía política internacional de cara a los valores adoptados por cada bloque: el pro-americano y el pro-soviético. El carácter ideológico de la guerra fría sería determinante en mantener esta confrontación “fría”, pues afirma que las esferas de influencia que se establecieron cuando acabó la II Guerra Mundial resultaron duraderas, ya que ambos contendientes poseían armamento nuclear que podía alcanzar el territorio del adversario, la parte que alterara el statu quo se enfrentaba a retaliaciones con consecuencias potencialmente devastadoras.
La Unión Soviética había logrado construir una impresionante economía militar que requería una premisa: la existencia de una amenaza externa. Esta sensación de amenaza no fue difícil de vender al pueblo soviético pues habían pagado un elevado precio por la invasión de la Alemania Nazi. Por su parte, los Estados Unidos se propuso a favorecer un orden internacional de liberalismo económico en el que los gastos militares supondrían la herramienta esencial de protección para el comercio internacional y de paso, para favorecer los intereses económicos Norteamericanos.
Este modelo de libre comercio fue aceptado por los principales estados industrializados de occidente, salvo la URSS. A partir de este momento, se genera el choque antagónico de las dos superpotencias motivadas a conseguir aliados y amistades para expandir su órbita de influencia, generando las principales características de esta era de la geopolítica:
- Era un conflicto sistémico-ideológico por la organización política a nivel global.
- La existencia de “tres mundos” de desarrollo, en los cuales los soviéticos y los americanos se disputaban la expansión hegemónica sobre ese tercer mundo de antiguas colonias y estados no alineados.
- La homogeneización del espacio global en bloques de Estados amigos y Estados amenazantes, donde imperaban modelos de democracia liberal capitalista y comunismo.