Tipos de mercados
Mercados tradicionales
- Normas gubernamentales estrictas
- Prima la seguridad
- Inversiones a largo plazo
- Baja rentabilidad
- Financian a largo plazo (3 o más años)
- Impuestos altos
- Garantías reales
Estos mercados pertenecen a países con sistemas financieros estrictamente organizados y de gran trayectoria. En ellos se capta dinero a través de papeles fiduciarios de sólida reputación (normalmente clasificados como A.A.A.); es alta la participación de acciones y de bonos de largo plazo de redención.
Por el tipo de economía del país de residencia son significativas las operaciones de crédito a nivel nacional y, en muchos casos, son mayores a las internacionales. Esto no impide que la captación de dineros extranjeros sea alta.
Los principales centros tradicionales son: Nueva York, Londres y Tokio en un primer nivel, y en un segundo plano París, Zurich, Ginebra y Ámsterdam.
Mercados nuevos
- Normas gubernamentales muy flexibles
- Prima la rentabilidad, riesgo alto
- Inversiones y financiaciones a corto plazo
- Alta rentabilidad
- Tiende a ser exclusiva la financiación de operaciones con altos intereses
Con motivo de las grandes olas especulativas, originadas en el boom del petróleo y algunos bienes primarios, se formaron grandes capitales cuyos poseedores buscaban negocios rápidos, de alta rentabilidad y sin mayores normas legales. Para responderles se crearon unos mercados con las características indicadas.
Además, el gran déficit de la balanza comercial de Estados Unidos generó salidas considerables de dólares hacia el resto del mundo, básicamente a Europa y luego al Japón. Estos dólares circulaban fuera de Norteamérica y se denominaron Eurodólares. Dentro de sus características se encuentra el afán de no someterse a la legislación financiera de Estados Unidos y encontraron en los mercados nuevos sitios para ser invertidos.
Adicional a todo lo anterior, el tercer mundo estaba ansioso de divisas para financiar sus importaciones y muchos países alegremente salieron a buscar ese dinero reconociendo tasas de interés elevadas. Se formó así la coyuntura ideal para el florecimiento de esta clase de mercados. Actualmente los más destacados son: las Islas Caimán, Las Bahamas, Luxemburgo, Bahréin, Jersey, las Islas de VIan, Singapur y Hong Kong. Estos dos últimos son considerados intermedios debido a que en ellos también son importantes algunas operaciones típicas de los mercados tradicionales.
Muchas de las transacciones de los mercados nuevos no se llevan a cabo físicamente en estas ciudades, efectuándose dentro de otros países en los cuales los gobiernos crean mecanismos para darles un tratamiento como si estuviesen en el exterior. Tal es el caso de la International Barking Facility (IBF) y la agencia Bancaria - Internacional (ABI), entidades a las cuales la Reserva Federal de los Estados Unidos autorizó operar físicamente dentro del país pero regidas por una reglamentación, diferente a la imperante nacionalmente. Esto se hizo con el fin de permitir a la banca americana competir eficazmente en el mercado de Eurodólares.
Éxito en los nuevos mercados
Muchos países han pensado en montar mercados financieros de este género; no obstante a la aparente facilidad de hacerlo, los requerimientos prácticos son complicados y no dependen en gran parte de la voluntad gubernamental. Los requisitos más importantes para el éxito de un mercado financiero de esta índole son:
- Asegurar a los inversionistas extranjeros la no restricción para el movimiento de sus fondos. Esta se garantiza con una estabilidad económica y política.
- Buenos servicios de comunicación y la utilización de tecnologías de punta en informática y comunicación, que permitan transmitir y recibir la información con rapidez y eficiencia.
- Un sector financiero eficiente y con experiencia capaz de ejecutar las operaciones técnicas necesarias con destreza.
- Una legislación que proteja adecuadamente a los inversionistas pero no restrictiva para las instituciones financieras.