En este campo del ramo, la telefonía se desarrolló bajo el esquema monopólico. El servicio lo prestaban en el país 26 empresas estatales, del orden nacional, departamental o municipal, que disponían, en 1994, de 4.450.000 líneas instaladas.
Entre 1984 y 1994 el número de líneas instaladas aumentó en promedio a un ritmo anual del 8.5% con lo cual la densidad telefónica paso de 5.6 teléfonos por cada100 habitantes en 1983, a 11.7 en 1994 y a 16.2 en 1997, o sea 6.5 millones de líneas, sin incluir la telefonía celular. La cifra está por encima del promedio sudamericano, pero muy por debajo del de países desarrollados donde por cada 100 habitantes hay 45 teléfonos.
A pesar del incremento de teléfonos por cada 100 habitantes, las principales ciudades del país concentran el 65% de las líneas instaladas, en tanto que “en 350 municipios, donde reside el 20% de la población, no se presta el servicio de telefonía conmutada domiciliaria” (Deparatamento nacional de planeación, 1995) 1.
Respecto al servicio de larga distancia, éste también fue prestado bajo el esquema monopólico por una sola empresa pública nacional: la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Telecom). Tras mucha pugna con el sindicato de Telecom y gracias a fallos jurídicos, y a lo dispuesto a la Ley 142 de 1994, que autorizó la prestación de servicios públicos al sector privado y a las empresas municipales mixtas, se pudo romper este monopolio. La Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB) y las Empresas Públicas de Medellín (EPM) entraron a competir en larga distancia, mediante compra al Estado de sendas concesiones por valor de US$ 150 millones cada una. A su turno, Telecom está prestando servicios de telefonía local en Bogotá. Esto constituyó una profunda revolución en el área de las comunicaciones han tratado de llevar a cabo un programa de apertura del sector a la inversión privada, pero han encontrado una gran resistencia en los sindicatos del ramo.
La estructura tarifaria vigente establece que Telecom pague a las empresas locales un porcentaje de sus ingresos por larga distancia, el cual varía entre el 30% y el 40%, para cubrir el costo en que las empresas locales incurren por dar acceso al tráfico de larga distancia. Por efecto de la internacionalización del servicio y la ampliación de la diversidad de servicios de valor agregado, las tarifas internacionales han descendido a partir de 1991. Esto ha llevado a Telecom a desarrollar servicios telefónicos con inversión privada través de contratos de asociación. Así se rompió el monopolio. Este sistema se ha extendido en la medida en que sus sindicatos lo permiten.2 (González, 2014)