Este órgano debe evaluar la situación concreta, según lo establecido por los artículos 39, 41 y 42 de la Carta de Naciones Unidas. Si determina que hubo una violación, la cual afecta la paz y seguridad mundial, puede autorizar el uso de un método coactivo.
Esta figura puede ser usada por un Estado que ha sufrido un ataque armado, de acuerdo con lo establecido en el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas
“Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los Miembros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al Consejo de Seguridad, y no afectarán en manera alguna la autoridad y responsabilidad del Consejo conforme a la presente Carta para ejercer en cualquier momento la acción que estime necesaria con el fin de mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales”.
Para usar la figura de la legítima defensa hay que acercarse a la definición de agresión, descrita en la Resolución 3314 de la Asamblea General de Naciones Unidas.
“La agresión es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas, tal como se enuncia en la presente Definición.”
Así, la legítima defensa sólo puede ser usada cuando el Estado ha sido objeto de una agresión. En el escenario internacional actual se han presentado casos como el de Afganistán, cuando el Consejo de Seguridad condenó los ataques del 11 de septiembre de 2001 y manifestó que se debían tomar las medidas necesarias para combatir las amenazas terroristas, mediante la Resolución 1368 de 2001, la cual sirvió para que Estados Unidos y el Reino Unido atacaran Afganistán en la persecución de los líderes de Al Qaeda; sin embargo, varios analistas consideran que no medió una autorización expresa del Consejo de Seguridad.
Aunque esta excepción ha sido muy discutida, quienes la la defienden consideran que la fuerza se puede usar para prevenir una catástrofe humanitaria. Un ejemplo de esta situación se remonta a 1999, cuando la OTAN intervino en el conflicto de Kosovo.