El pensamiento de Thomas Hobbes
Figura 1. Thomas Hobbes
Fuente: Archivo:Thomas Hobbes (portrait) (2008). En Wikipedia. Disponible en https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Thomas_Hobbes_(portrait).jpg
El punto de partida de Hobbes es su pesimista visión sobre la naturaleza humana, pues considera que lo más natural del hombre no es la sociabilidad sino su instinto de supervivencia. En la búsqueda de conservarse a sí mismo, el hombre está dispuesto a todo, incluyendo destruir a los demás. De este egoísmo innato se deriva la consideración del filósofo de que “homo homini lupus” (el hombre es lobo para el hombre). La razón por la cual los seres humanos no viven en un permanente estado de guerra, pese a que a ello los impulsaría su naturaleza, es por la existencia de formas de autoridad que limitan este tipo de comportamientos. Pero ¿qué pasaría si no existieran esas formas de autoridad que moldean la conducta humana? O lo que es lo mismo ¿qué pasaría si los seres humanos vivieran en estado de naturaleza?
En estado de naturaleza, los hombres se tendrían que encargar, cada uno por su cuenta, de garantizar su propia supervivencia. Esto los pone a todos en una condición de igualdad teórica pues ninguno tendría un derecho mayor que el de los demás a sobrevivir, y lo único que permite que alguno pueda asegurar la propia existencia, es a partir de virtudes individuales como la astucia y la fuerza (Hobbes, 2003, pág. 69). Pero el hecho de que todos busquen lo mismo y que cuenten con igual derecho de conseguirlo, así como que cada uno solo pueda hacerlo a partir de sus capacidades individuales en medio de una naturaleza egoísta, redunda necesariamente en inseguridad y amenaza permanente a la supervivencia.
La única opción que tienen los hombres para sortear esta amenaza es la de renunciar a su capacidad individual de actuar violentamente contra los demás –en la procura de la supervivencia-, y cederla a un ser superior. Este ser superior es un dios artificial, creado por los hombres de común acuerdo, y recibe el nombre de Estado. El Estado es entonces aquello que por voluntad propia crean los hombres a través de un contrato social y que recibe de ellos la capacidad de ejercer la violencia con el fin de asegurar la supervivencia de cada uno de los contratantes (Hobbes, 2003, pág. 137).
La naturaleza del Estado es por lo tanto superior a la naturaleza de los hombres, y por ello su poder es absoluto sobre los mismos –siempre y cuando cumpla su función de asegurar la supervivencia-. Con ello, Hobbes está sosteniendo que el poder del soberano que conduce al Estado, es absoluto sobre los súbditos y por lo tanto, el absolutismo monárquico es la forma natural de gobernar los asuntos humanos. Pero si bien el pensador está justificando por esta vía el absolutismo monárquico, está sacando al poder político del mundo de lo divino que hasta ese momento de la historia había justificado a partir de Dios la legitimidad del soberano. Desde su concepción, el poder del monarca es absoluto, pero ese poder se sustenta en el contrato social realizado por los hombres.
