Cómo evaluar los resultados

No existen normas universales para evaluar sistemáticamente los resultados de una investigación. Sin embargo, Van Dalen y Meyer (1981), sugieren en el siguiente cuestionario, algunas preguntas que conviene responder antes de comenzar el estudio, durante su desarrollo y cuando esté determinado.

  1. ¿Las pruebas reunidas han sido analizadas desde un punto de vista lógico para verificar la validez de las consecuencias deducidas a partir de la hipótesis?
  2. ¿Tales análisis han sido formulados objetivamente, y se ha procurado evitar influencia de las opiniones y prejuicios personales?
  3. ¿Se incurrió en generalizaciones demasiado amplias, carentes de pruebas que las respalden? ¿Se ha tratado de delimitar con cuidado el alcance de las generalizaciones?
  4. ¿En el informe existen contradicciones, incongruencias o enunciados confusos, vagos o exagerados?
  5. ¿Las conclusiones, opiniones e inferencias se confunden con los hechos?
  6. ¿El investigador omite las pruebas que no concuerdan con su hipótesis?
  7. ¿Se llama la atención sobre la posible existencia de relaciones no previstas, aparte de aquellas que sirvieron de base a las hipótesis formuladas?
  8. ¿Los hallazgos del estudio se relacionan con las investigaciones anteriores? ¿Se procura formular generalizaciones de amplio alcance sobre la base de las inferencias acerca de las relaciones entre los datos o se trata de que estas alcancen un nivel teórico más elevado?
  9. ¿Se señalan los factores no controlados que pueden afectar los resultados de la investigación?
  10. ¿Se admiten y exponen con honestidad las carencias de los datos?

Estas fuentes pueden ser válidas siempre y cuando el investigador siga un procedimiento sistematizado y adecuado a las características del tema de estudio, a los objetivos de la investigación, al marco teórico, a la hipótesis, al tipo de estudio y al diseño seleccionado para la investigación.