Distribución de energía
Los aparatos de uso común o electrodomésticos que funcionan con fuentes de corriente directa o baterías, se caracterizan porque su potencia eléctrica es pequeña comparada a la potencia generada por los grandes motores que conforman casi todos los electrodomésticos y maquinaria industrial. Estos circuitos están conectados en paralelo respecto a las redes eléctricas que alimentan a estos dispositivos por medio de cables conductores que distribuyen la energía en el interior de una casa, oficina o industria. Con frecuencia en Colombia se trabaja el nivel de voltaje a 120 voltios para el consumo normal en casas u oficinas, mientras que en Europa es de 240 voltios.
En el caso de los cables conductores de corriente eléctrica, estos disipan energía en relación a su potencia generada. Cuando esta disipación de energía falla y se eleva la temperatura en los cables, éstos pueden provocar un incendio o fundir aparatos de seguridad llamados fusibles. Estos fusibles están fabricados con una aleación de plomo y estaño que se funde y rompe a temperaturas muy bajas, provocando una interrupción de la trayectoria del flujo de corriente por el circuito.
Teniendo en cuenta la resistividad del material, se selecciona para diferentes usos, es por ello que los cables para las bombillas y tomas de corriente emplean alambres de calibre 12, que tienen un diámetro de 2.05 mm y soportan una corriente máxima de 20 A (sin sobrecalentarse). Se emplean calibres mayores, como el calibre 8 (3.26 mm) o el calibre 6 (4.11 mm), para aparatos que toman mucha corriente, como estufas eléctricas y secadoras de ropa, y el calibre 2 (6.54 mm) o más grueso se utiliza para los cables principales de entrada a la vivienda.