En el mundo del siglo XXI, el conocimiento científico y el tecnológico son la explicación profunda de los cambios fundamentales que se observan en las sociedades, las economías, las culturas y en el medio ambiente, principalmente. Pero históricamente siempre ha sido así. Desde las primitivas formas para lograr la sobrevivencia de los seres humanos en el paleolítico, mediante las técnicas de elaboración de instrumentos que hicieron posible la evolución del Homo Sapiens, hasta las modernas técnicas de manipulación del DNA que permiten la terapia genética de un feto en el vientre materno para evitar enfermedades congénitas, la ciencia y la técnica han sido la forma óptima y permanente de dar soluciones a las necesidades humanas.
La revolución científica y técnica (RCT) o revolución del conocimiento, se manifiesta en la historia de la humanidad a través de los impresionantes descubrimientos y avances de la ciencia y la tecnología, y sus diversas aplicaciones prácticas que se hacen evidentes en las innovaciones de productos y servicios. El concepto de “revolución” está conexo con la transformación de las estructuras básicas que sostienen y explican un determinado sistema.
Por ejemplo, las grandes revoluciones “sociales” buscan siempre, el cambio de las estructuras sobre las cuales se soportan las sociedades, es decir, las relaciones de poder y de producción. Las revoluciones “culturales” tienen la intención de cambiar radicalmente las estructuras que explican el comportamiento de las sociedades, en este caso, el fundamento de la cultura que son los valores.
La categoría de revolución “científica y técnica” se aplica a la transformación de las estructuras que sostienen el pensamiento, el conocimiento, la interpretación de la realidad y, en general, los conceptos que manejan cada ser humano y la misma humanidad. Son las categorías que explican las complejas formas de relaciones sociales, económicas, políticas, culturales y medio ambientales. Es decir, la RCT afecta y tiene impactos de distinta índole sobre las estructuras sociales, las relaciones económicas, los valores culturales y, por supuesto, sobre el manejo del medio ambiente, en la medida que la RCT se basa en el progreso de los conocimientos científicos y en la generación de nuevas tecnologías.
En el presente siglo XXI, la RCT es la revolución de las revoluciones, en la medida que la generación de conocimientos científicos es continua, permanente, universal, pero, sobre todo, acumulativa, a diferencia de las otras “revoluciones” que son temporales y limitadas.
También, la economía evoluciona sobre el desarrollo de paradigmas y modelos económicos. Así como en el siglo XX predominó el “Paradigma tecno-económico de la producción en masa”, en el siglo XXI nos movemos hacia el “Paradigma tecno-económico del conocimiento, la innovación y la competitividad”.
Este último paradigma es la base del desarrollo de la economía mundial y de las economías nacionales de hoy, y es uno de los principios del neoliberalismo y de la globalización de la economía mundial. Así como en el paradigma de la producción en masa, el factor básico de la función de producción eran los recursos naturales y el capital, en el nuevo paradigma del conocimiento, la innovación y la competitividad, el recurso y el factor clave de la función de producción es el conocimiento:
Las diversas economías nacionales y las propias empresas están atravesando por un proceso de transformación profunda, consistente en cambiar los principios de sus estructuras productivas basadas en el anterior modelo, a asimilar y adaptarse a las nuevas condiciones planteadas por un nuevo paradigma centrado en el conocimiento, la innovación, el capital humano y el Know-How.
Las invenciones e innovaciones que permiten elevar la competitividad de los productos y servicios, y mejorar por esta vía la participación de las empresas en el mercado mundial, de ninguna manera son producto del conocimiento empírico, del azar o del sentido común.
Por el contrario, la invención e innovación productiva en materiales y materias primas, en procesos, en productos, en servicios y en gestión, son cada vez con más fuerza el resultado de la investigación científica y la generación de nuevos conocimientos científicos en forma sistemática, basada en la creatividad, el aprendizaje y la formación del talento humano.
Ejemplos de estos procesos sistemáticos de conocimiento e investigación que han terminado en invenciones e innovaciones para el mercado, están el descubrimiento de la penicilina (1928), el descubrimiento de la estructura del ADN (1953), el rayo láser, el transistor, la clonación de la primera oveja (1997), etc.
En las diversas ramas del saber habrá más oportunidades de trabajo productivo, mejor remunerado y, sobretodo, más satisfactorio desde el punto de vista humano. Tanto las economías de los países como las empresas, sin importar su tamaño, especialización y localización geográfica, deben transformarse en organizaciones del conocimiento, es decir, organizaciones que producen bienes y servicios, basados en información, aprendizaje e innovación.
Los países, como sociedades, culturas y economías, requieren aprovechar las nuevas oportunidades que brinda la RCT del siglo XXI, con la finalidad de lograr la superación de las históricas y estructurales condiciones de ineficiencia social, improductividad económica, escasa generación de conocimientos científicos, tecnológicos y de innovación, y débil competitividad de los productos y servicios producidos.
La ciencia y la tecnología requieren simultáneamente del desarrollo de capacidades en prospectiva, a fin de visualizar los progresos tecnológicos de futuro, evaluar sus impactos y diseñar los escenarios futuros viables y deseables para las empresas.
El futuro de la sociedad y la economía se dará en un marco mundial de tendencias tecnológicas, que modificarán la cultura, la educación, y los sistemas productivos, y pondrán nuevos retos a la competitividad de las empresas.
Los cuatro pilares de la revolución científica y tecnológica en el futuro se basan en las ciencias de la vida, las ciencias de la computación, las ciencias de los materiales y las ciencias de la gerencia empresarial:
En estos campos, se deben desarrollar capacidades propias que faciliten la generación y la apropiación de conocimientos, en especial, mediante la preparación académica y científica de la niñez y la juventud de hoy, la formación de los jóvenes empresarios y la especialización de profesionales en prospectiva.
A manera de ejemplo, se citan algunas de las tendencias tecnológicas que se preveen para el futuro:
Ciencias y técnicas de la vida: en el siglo XXI, la biología es la ciencia más activa y de mayor investigación que en combinación con la química, dará origen a nuevos productos y procesos.
El país que desee asegurar su futuro, en especial si dispone de biodiversidad, deberá generar capacidades científicas en ciencias biológicas.
Ciencias y técnicas de la computación: en el siglo XXI, los desarrollos computacionales del hardware y el software, las comunicaciones y los servicios y sistemas de información, generarán nuevas tecnologías incorporadas en productos y servicios. Las ciencias de la computación serán el campo en el cual la ciencia y la ingeniería se integrarán en forma más rápida debido a la velocidad de la innovación.
Cada país debe generar capacidades en desarrollo de software y, en general, de informática y computación.
Ciencias y técnicas de los materiales: en el siglo XXI, los nuevos materiales son la base de la innovación en los productos. Por ejemplo, las cerámicas avanzadas que soportan hasta 2.500 grados de temperatura, los polímeros que “podrán ser diseñados y sintetizados de modo que sean capaces de hacer todo lo que las proteínas realizan en el cuerpo” (Toyoichi Kanaka, MIT), y los materiales “inteligentes” que serán utilizados rutinariamente en vehículos, oficinas y en los mismos hogares.
En el siglo XXI, y debido a la preocupación mundial por el ambiente, habrá especial interés por las tecnologías para absorber y retener Dióxido de Carbono procedente de combustibles fósiles, y aparecerán sistemas energéticos alternativos como la energía solar, la energía eólica, la energía orgánica y los recursos geotérmicos.
Las tendencias tecnológicas en este campo de la energía y el medio ambiente son de particular interés. Se prevé la disminución en el uso del petróleo como fuente de energía y su progresiva sustitución por otras fuentes alternativas de energía como las fuentes de energía orgánica (para el año 2015), las celdas de combustible (para el año 2015), la fisión nuclear (para el año 2020), la energía del Hidrógeno (para el año 2020) y la fusión nuclear (para el año 2026).
Ciencias y técnicas de la gerencia empresarial: la empresa del tercer milenio se concibe como un conjunto organizado del talento humano, con una cultura centrada en la visión de liderazgo, en la construcción de la sociedad del conocimiento y una decisión corporativa en la adopción de estrategias avanzadas que generen valor agregado en sus productos y procesos.
Prospectiva tecnológica: fundamentalmente gira en torno a las nuevas tecnologías, originadas todas ellas en las ciencias básicas, o ciencias exactas y naturales, y en las ciencias aplicadas de la ingeniería.
Las TIC son un conjunto de tecnologías, desarrolladas en los últimos 40 años, desde los inicios de la computación, la aparición del computador personal y la popularización de la Internet y el correo electrónico hasta las modernas redes sociales, inmersas en las diferentes actividades humanas, sociales, económicas, productivas, culturales, educativas, políticas, etc. No hay un campo donde no se apliquen las TIC.
Las TIC facilitan el manejo del conocimiento, el cual inicia con la aprehensión de los símbolos como los elementos más concretos de la realidad, los que se identifican, fácilmente, por parte de la persona. Un conjunto de símbolos se traduce en un dato.
A manera de ejemplo, y como se señaló anteriormente al referirnos a la “nube de la complejidad del conocimiento”, la combinación de los símbolos de vocales y letras da como resultado la formación de una determinada palabra, referida a un componente de la realidad. Los datos, debidamente organizados y sistematizados de acuerdo con un orden o jerarquía, dan origen a los sistemas de información. Y éstos, a su vez, facilitan el conocimiento, siempre y cuando a la información se dé una interpretación, un contenido.
Los datos, la información y el conocimiento se han potenciado a través del manejo de las TIC, las cuales lo hacen de manera veloz e integrada, además de que permiten la generación de nuevo conocimiento. Las TIC más utilizadas en el mundo de hoy, son, entre otras:
Como se observa, las TIC dan como resultado la expansión sin límites de las capacidades de crear, compartir y dominar conocimientos, tecnologías, saberes, información, productos, servicios, etc., lo que impacta la economía global, la sociedad global y la cultura global, a través de la comunicación y las nuevas formas de relacionarse y de hacer los negocios.
Actualmente, nos encontramos en la Web 2.0, que forma parte de las TIC. Tim O’Reilly, creador de este concepto, la define así:
«La red como plataforma, que abarca todos los aparatos de conexión; las aplicaciones de la Web 2.0 son aquellas que hacen el mayor uso de las ventajas intrínsecas de esa plataforma: entregando software como un servicio continuamente actualizado, que mejora cuantas más personas lo utilicen, consumiendo y reutilizando datos de múltiples fuentes, incluyendo usuarios individuales, mientras proporcionan sus propios datos y servicios de una manera que permite que otros la vuelvan a combinar, estableciendo un efecto de red a través de una “arquitectura de participación”, y partiendo más allá de la página metáfora de la Web 1.0 para suministrar a los usuarios una experiencia fructífera» (O’Reilly, 2005) (HERNÁNDEZ, 2008. ).
En síntesis, la web 2.0 se construye con la participación de los usuarios quienes aportan datos y conocimientos de forma abierta. Ahora viene la web 3.0 y la web 4.0.
De las características de las TIC, vale la pena señalar su velocidad, inmaterialidad, interactividad, calidad de imagen y sonido, instantaneidad, ubicuidad, digitalización, interconexión, diversidad e innovación.
Las TIC, como fundamento de la comunicación humana con sus múltiples aplicaciones e impactos, han evolucionado del papel a la web 4.0.
Es fácil entonces deducir las fuerzas de cambio que significan la ciencia, la tecnología y la innovación en el presente y futuro de as empresas, los países y el mundo en general.
Es tal la fuerza de los avances científicos y tecnológicos que no hemos dudado en calificarlos como la nueva revolución, la Revolución Científica y Técnica, basada en la fuerza del conocimiento.
Volvemos a recordar a Toffler quien considera al conocimiento como la verdadera riqueza del siglo XXI. En términos prospectivos, la ciencia y la tecnología son la esperanza de solución a los grandes desafíos del siglo XXI, a condición de que sus desarrollos se inscriban siempre dentro de un marco axiológico de principios y valores, es decir, con el cumplimiento de los dictados fundamentales de la bioética.
Se trata de que la ciencia y la tecnología sean expresión del humanismo, es decir, estén al servicio de los seres humanos, y de todos los seres humanos, de forma incluyente. Esta es la fuerza prospectiva de la ciencia y la tecnología.