La Administración Pública

La Administración Pública en sí, es el agrupamiento de organismos que realizan la administración del estado en su totalidad en el aspecto público y debe ser el puente conector entre el ciudadano y el Estado, está en la obligación de crear estrategias y colocarlas al servicio de la sociedad, debe estar en permanente búsqueda de los medios para conseguir los fines en pro del bien colectivo. La Rama Ejecutiva, Legislativa y la Rama Judicial, son las ramas en las que está dividido el Poder, estas actúan como Órganos de Control del Estado. Todas las Ramas del Poder Publico están amarradas al Poder Ejecutivo, el cual es liderado por el Presidente de la república. 

La Administración Pública "es un instrumento de dominación, cuya acción tiene como objeto perpetuar la relación de dominación/explotación". (Chevallier & Loschak, 1983)[1].

Su función es mantener el orden y hacer uso de la coacción administrativa o física, según lo demanden las circunstancias. La coacción es potestad del Estado y su implementación es exclusiva de la administración pública, por lo tanto ningún servidor público puede abusar de la autoridad conferida por la administración.

En la Administración Pública de nuestro país, encontramos muchas falencias en el campo administrativo, esto se debe en gran parte en que se han creado o implementado mecanismos que no se ajustan a la realidad de la problemática Colombiana, la falta de unas convocatorias claras y serias en la escogencia del personal administrativo, la poca capacitación de los mismos, hace que las administraciones caigan en el limbo del desconocimiento y de los grandes desaciertos.

Se dice en algunos casos que impera la burocracia, por encima del bien público, pero este concepto se debe más que todo a la lentitud en sus decisiones y acciones, la falta de gestión de los servidores que se anidan en la administración de turno.

El Estado, en muchas ocasiones, afronta un entorno difícil; por lo tanto es urgente que sus administradores, a más de ser honestos, honrados, moralmente calificados, cuenten con una gran capacidad de servicio social y que sean tecnócratas en su campo para poder desempeñar su labor a cabalidad, en bien de los intereses de los colombianos y así poder responder a las circunstancias de cada caso en el tema de lo público.

La invención de una serie de procedimientos y la concurrente abundancia de papeles y documentos, la débil gestión del personal, expresada en el párrafo anterior, hacen que la administración sea cuestionada y caiga en que la escogencia del recurso humano, se base únicamente en las relaciones políticas y personales.

La configuración de la Administración Pública en Colombia, entorpece la adaptabilidad a las nuevas exigencias de la vida sociopolítica de nuestro país, la estructura es de carácter mecánico, lo cual dificulta el buen criterio de los encargados de impartir la administración, en su deseo de analizar, entender y resolver los temas por ellos tratados.

Se han implementado herramientas para superar estas anomalías, como la descentralización, la elección popular de alcaldes, la carrea administrativa, pero mientras los intereses políticos y personales sean prioridad, la administración seguirá postrada ante su incompetencia.

Pero a pesar de este panorama tan dantesco, la Administración Pública en Colombia tiene gran importancia, puesto que sin ella el caos y la corrupción no tendrían control; a pesar de los desatinos en las decisiones, el saqueo a la hacienda pública y otras inmoralidades más, la Administración Pública ha impedido que estos fenómenos por así llamarlos sean de proporciones devastadoras.