Esta prueba indica la capacidad que la empresa tiene para cancelar sus obligaciones en el corto plazo, pero sin tener que recurrir a la venta de sus inventarios; es decir, incurrir en el pago con los saldos de efectivos, el producido de las cuentas por cobrar, sus inversiones temporales y algún otro activo de fácil realización o venta que pueda tener diferente a los inventarios.
Esta prueba se parece un poco a la razón corriente, pero sin tener en cuenta a los inventarios. A esta prueba es bastante rigurosa también se conoce como: liquidez seca.
Los indicadores de liquidez se comportan en diferentes empresas de la siguiente manera:
Existen algunos factores importantes a tener en cuenta, para el estudio de la liquidez, estos serían:
Su fórmula es:
Prueba Ácida (31 diciembre año 2) = 2.097 – 1.314 / 1500 = 0.52
Prueba Ácida (31 diciembre año 3) = 2.100 – 1.150 / 1.600 = 0.59
Lo anterior inidica que la empresa presenta una prueba ácida de 0.52 a 1 (año 2) y 0.59 a 1 (año 3); es decir que por cada peso que se debe a corto plazo se cuenta, para su cancelación, con 52 o 59 centavos en activos corrientes de fácil realización, sin tener que recurrir a la venta de inventarios.
Es saber qué ocurriría si se interrumpieran de manera inesperada las ventas y se tuvieran que cancelar todos los pasivos corrientes.
No se contarían con futuros flujos de fondos de las operaciones de la empresa.