El trabajo en altura es aquel en que exista riesgo de caer a 1,5 metros o más; es muy común en áreas como la construcción, donde se observan trabajos en andamios, escaleras, cubiertas, etc., y representa riesgos, para el trabajador, no solo desde el punto de vista de la seguridad por la posibilidad de una caída, sino también desde el punto de vista de la ergonomía por causa de las posturas y esfuerzos que debe realizar para el desempeño de su labor.
El estar suspendido de un arnés durante un tiempo prolongado genera grandes riesgos tanto por la suspensión en si, como por la inmovilidad que impide el normal retorno venoso de las piernas al corazón, afectando el sistema circulatorio y disminuyendo la presión arterial, esto conlleva a una reducción de la sangre que llega al cerebro y otros órganos vitales. Como norma general, el trabajo en alturas solo podrá realizarse con la ayuda de equipos de protección colectiva (barandas, plataformas redes), e individual (arnés, adsorbedor, anclaje, etc.)