A lo largo de la historia se ha observado la existencia del proceso de auditoría, ya desde el siglo XVIII se practicaba esta técnica en Inglaterra, entendida como una de las aplicaciones de los principios científicos de la contabilidad, basada en la verificación y comparación de registros tal como lo menciona Yolanda Jiménez en su libro Auditoría. [1]
Estos procesos de auditoría fueron evolucionando, especializándose en el área financiera, en donde de acuerdo a Juan Ramón Santillana, las auditorías buscan la protección de los principales activos de la compañía, la detección de fraudes y la generación de una actitud psicológica preventiva contra malos manejos financieros por parte de los empleados.[2]
Siendo estos propósitos coadyuvantes de la gestión administrativa y financiera de una organización, como bien lo conceptualiza el mismo autor, el cual indica:
A esta definición se le deben adicionar varios elementos tales como la implementación de una metodología sistemática para la evaluación de procesos, con obtención de resultados a partir del ejercicio de auditoría, expresados en opciones de soluciones para el auditado.
Ahora bien, en cuanto al concepto auditoria como una herramienta de gestión de los riesgos de la organización, Enrique Benjamin Franklin la define de la siguiente manera: “una auditoría administrativa es la revisión analítica total o parcial de una organización, el propósito es precisar su nivel de desempeño y perfilar oportunidades de mejora, para innovar el valor y lograr una competitiva sustentable”. [4]
Con lo anterior, el autor ha llevado esta definición al campo de la medición del desempeño de la organización y la obtención de oportunidades de mejora, elementos propios de los sistemas de gestión basados en el ciclo PHVA (planear, hacer, verificar, actuar) o ciclo de Deming, en donde a través de la implementación de cada uno de estos pasos, puede mejorar su competitividad, optimizar sus costos y por supuesto aumentar su rentabilidad.
Entonces, entendiendo el proceso de auditoría como una herramienta que permite evaluar o verificar el grado de conformidad de la organización, con los requisitos de una referencia internacional y/o nacional y con sus propios requisititos, este puede ser aplicado de forma amplia dentro de una organización, como parte del ciclo de Deming, en su etapa de verificación en los diferentes Sistemas de Gestión de la organización, tales como, el Sistema de Gestión de la Calidad, Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo y Sistema de Gestión Ambiental, entre otros.
Para entender esta afirmación se hace necesario explicar inicialmente que un sistema de gestión es un conjunto de elementos interrelacionados entre sí para establecer una política y objetivos, con el fin de alcanzarlos. [5]
Disminuir la ocurrencia de accidentes de trabajo y la aparición de enfermedades laborales.
Metodología:La organización deberá funcionar de manera integral con todos sus procesos. Así mismo se deberá definir, documentar, divulgar, implementar, realizarle un seguimiento y aplicar las mejoras a la política de SST, la cual expresa también las intenciones y los compromisos de cada una de las áreas en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo.
En cuanto a la expresión grado de conformidad, esta quiere decir, que tanto se acerca la evidencia de lo implementado por la organización en su Sistema de Seguridad y Salud en el Trabajo, con relación a los lineamientos establecidos por una referencia de auditoría, que para este sistema de gestión podría ser la norma OHSAS 18001:2007 u referente normativo.
[1] Jiménez, Y. (2009). Auditoría. El Cid Editor.
[2][3] Santillana González, J. R. (2013). Auditoría interna integral. International Thomson Editores, SA de CV México.
[4] Fincowsky, E. B. F. (2013). Auditoría administrativa: evaluación y diagnóstico empresarial. Pearson Educación.
[5] Norma, I. S. O. (2004). 9000: 2000. Sistemas de gestión de la calidad. Fundamentos y vocabulario.