Europa en términos sociales

Europa a comparación con el resto de los países, sobresale por la vivencia de fuertes guerras, la preservación del patrimonio cultural y valores que no distinguen en raza o genero; esta Europa desarrolla una visión que parte las aspiraciones entre el individualismo y la solidaridad.

El individualismo repercute en los intereses de cada individuo sobre cualquier otro pensamiento o forma de ver la sociedad, indicando que cada persona busca el bien propio individual y no común como sociedad. La solidaridad es la otra forma de ver el pueblo donde se trabaja en comunidad, con pensamientos compartidos, dejando el Estado como representante de las leyes y todo lo que ellas conlleven, Estado que luego de la Segunda Guerra Mundial concibió dos sistemas contables según Mojica:

“El primero es el sistema de producción, el cual se presenta a través de las palabras de Adam Smith, disociado en dos papeles: el productor y el consumidor. Se supone que los individuos se integran en el sistema de producción como trabajadores y que reciben a cambio unos ingresos (el salario) que les permiten, mediante el consumo, satisfacer sus necesidades, mientras que en el punto óptimo colectivo se alcanzaría mediante el juego del mercado. Esa es la filosofía de la economía de mercado adoptada, sin excepción, por todos los países de Europa occidental.

El segundo es el sistema de protección social, que se ha desarrollado en los países de Europa occidental mucho más que en otros, inicialmente, gracias a la investigación de los interlocutores sociales. Frente al sistema de la producción liberal, este sistema desempeña un papel de seguro colectivo, incluso de redistribución de la renta. Este "sistema" - en cuyo garante se convirtió el estado – funciona esencialmente tomando recursos del sistema de producción (acción tributaria obligatoria compuesta por impuestos y cargas sociales en proporciones variables según los países), con el fin de poder realizar transferencias a las personas que, de modo temporal (como ocurre, normalmente con los desempleados) o duradero (por ejemplo las personas con discapacidades), están excluidas del sistema de producción como trabajadores y gracias a las cuales dichas personas disponen de medios para consumir.”

Los elementos de perfil socio-demográfico se ven afectados por tres grandes factores: “la fecundidad y la mortalidad, que determinan el crecimiento natural y los flujos migratorios” [1].

Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, el continente europeo se ve envuelto en un nuevo avance llamado el baby boom, donde cada mujer fecundaba alrededor de 3 hijos mínimo, y entrando a los años 60 este sistema de fecundación fue bajando hasta el punto de tener un niño por mujer, dándose este fenómeno en diferentes partes de Europa.

Sin embargo, se puede dar explicación de las bajas de fecundación, y es que las mujeres ya contaban con mecanismos para cuidarse de embarazos no deseados, tal vez asociados a las pocas facilidades económicas para mantener una familia numerosa.

Por otra parte, cabe analizar los movimientos migratorios que se vieron en los años venideros hacia Europa, “La población de todos los países de la Unión a exención de Portugal, aumentó durante los últimos diez años. Incluso en la Europa de los quince, pasó de 358,4 millones en 1985 a 368 9millones en 1993. Este aumento obedece en primer lugar al aumento natural (+ 5,49 millones) y, en segundo, a la migración (+ 4,69 millones) de población exterior a la unión europea”. [2]

El crecimiento de la población en edad activa es muy débil en Europa, si se compara con otros países del continente se tomará como muestra la gráfica de concepto de prospectiva.

1960-69 1970-79 1980-89 1995-2005
América del norte 1,6 1,8 1,0 1,1
Japón 1,8 1,0 0,9 -0,4
Unión Europea 0,5 0,7 0,7 0,1
AELC 0,7 0,4td> 0,6 0,6

Crecimiento de la población en edad activa (16-64 años) (Variación logarítmica en porcentaje, tasas anuales) [3]

Se comienzan a evidenciar en pasos no tan agigantados, los primeros auges de la mujer como población activa para el trabajo y comienzan a verse las diferencias salariales entre mujeres y hombres, siendo estos últimos lo que más ganaban y las mujeres con un salario inferior al mínimo.

Tal y como pasa con todo lo que se consume y no se renueva en los recursos naturales, de esta misma forma se podía observar a Europa, la población se comienza a volver vieja dejándola en desventaja frente a los demás países, puesto que esta se vuelve arraigada a sus creencias o pensamientos de los años ochenta y no aptos para la evolución del mundo y la llegada del siglo XXI. Haciendo referencia a esto, el autor Francisco Mojica habla de tres imponentes observaciones:

Este problema sobrepasa otros temas como los económicos, ya que las personas que salen de su edad activa comienzan a gozar de pensiones año tras año, al salir más gente pensionada debe haber un equilibrio de gastos por parte del Estado, quien ahora es el encargado de mantenerlos. Esto conlleva a que la vida profesional se detenga con anterioridad, este hecho afecta a varias partes de Europa, para detallar esto, se tomará como ejemplo la siguiente gráfica.

Pensiones en % del salario neto medio Pensión mínima de vejez (%)
Grecia 107 8
España 97 32
Portugal 94 30
Italia 89 19
Francia 88 46
Luxemburgo 78 46
Alemania 77 39
Bélgica 73 47
Dinamarca 60 52
Países bajos 49 49
Reino Unido 44 31
Irlanda 42 35

Pensión de vejez: régimen básico. [4]

[1] Mojica, Francisco; Análisis del siglo XXI, concepto de prospectiva, Editorial Alfa omega, 1998. Página 27

[2] Mojica, F. (1998). Análisis del siglo XXI, concepto de prospectiva, Editorial Alfa omega, página 30.

[3] Mojica, F. (1998). Análisis del siglo XXI, concepto de prospectiva, Editorial Alfa omega.

[4] Mojica, F. (1998). Análisis del siglo XXI, concepto de prospectiva, Editorial Alfa omega, página 30.