La planeación no descansa solo en la operación de prevenir o visualizar escenarios futuros, ésta también estructura las actividades reactivas necesarias para poder solventar las dificultades del mañana, no basta con saber qué es lo que llega, se debe elaborar estrategias tácticas y operativas que garanticen la solvencia de estos futuros problemas y estos planes se deben realizar en el presente, lo que conlleva a dimensionar la mayor cantidad de futuros posibles para elegir el más adecuado y no desgastarse generando planes a futuros poco probables.
De esta manera se debe cumplir con las siguientes exigencias:
La planeación se consolida con la implementación de la prospectiva como aporte significativo y su apoyo se evidencia en actividades como:
Teniendo a la prospectiva como principal herramienta en la planeación estratégica, se pueden pre-visualizar imágenes de un futuro inmediato y deseado, en comparación con varios futuros factibles para diferenciarlos de los futuros no realizables o poco probables, es así que se debe estar consciente de la realidad o se perderá la objetividad del estudio.
Lo anterior se representa en la siguiente gráfica:
Dentro de las imágenes que prospectan un futuro, se puede plantear un modelo donde cada actividad acerca al futuro deseado desde la línea presente, eso con el objetivo de no ser solo “adivinanza” sino que con operaciones científicas y hechos reales se puede plantear un escenario que se acerque cada vez mas, gracias a la organización y ejecución de actividades en tiempo presente.
[1] Miklos, T. (1997). Planeación prospectiva, una estrategia para el diseño del futuro. México DF: Limusa Editores, pág. 60.
[2] Miklos, T. (1997). Planeación prospectiva, una estrategia para el diseño del futuro. México DF: Limusa Editores, pág. 62.