La balanza de pagos se puede definir como la relación contable que tiene el registro sistemático de todas las transacciones económicas efectuadas entre un país y el resto del mundo, durante un tiempo determinado.
Esta balanza está compuesta por:
La balanza por cuenta corriente anota las transacciones que se realizan con el resto del mundo y que necesariamente tienen que registrar renta en el país o en el extranjero, y que afectan los ingresos corrientes disponibles para el gasto de la economía en el periodo determinado. Esta balanza registra una serie de transacciones tales como: exportaciones e importaciones de mercancías y servicios, entendiendo que en las exportaciones de servicios se incluye el conjunto de rentas perdidas por factores de producción nacionales como contraprestación por su contribución al producto interno bruto (PIB) de otros países (sueldos, salarios, restas de tierra, intereses, dividendos y rentas empresariales) y que de modo análogo las importaciones de servicio incluyen rentas pagadas a factores de producción extranjeras en relación con su contribución al PIB del país a que se refiere, a elaborar una balanza. Estas rentas percibidas por factores nacionales (rfn) son las que definen la diferencia entre producto interno y producto nacional, así:
Regularmente las exportaciones las presentamos mediante la letra (x) y a las importaciones mediante la letra (M). En esta balanza por cuenta corriente se incluye también otro elemento: transferencias unilaterales corrientes, que aunque aumentan los ingresos o los disminuyen, según el caso, no afectan la renta nacional.
La balanza por cuenta del capital registra las transacciones con el resto del mundo, que afectan las disponibilidades del país para financiar su formación del capital, o modificar la posición acreedora-deudora del territorio frente al resto del mundo.
Estas transacciones pueden ser: