Cuando el nivel de precios aumenta, se debe gastar más para comprar los mismos bienes y servicios. Si usted piensa en la inflación únicamente en términos de gasto, está considerando sólo el problema de pagar precios más altos; pero si piensa en la inflación en términos de mayores ingresos monetarios, como resultado verá que los precios más altos significan mayores ingresos por los recursos ofrecidos. Cuando se mira a la inflación por el lado de los ingresos, ésta no es mala.
Si un oferente de algún recurso recibe precios mayores, ¿por qué la gente tiene problemas con la inflación? Los presidentes Ford y Carter no pudieron controlar la inflación en tanto que Reagan la redujo significativamente durante su administración, por lo que fue reelecto aun cuando el nivel de desempleo fue más alto durante su primer periodo que en la administración del presidente.
Una diferencia entre la inflación y el desempleo es que, en un determinado momento, el desempleo afecta solamente una fracción de la fuerza laboral (menos de uno por cada diez trabajadores). En contraste, la inflación afecta a todos, esté dentro o fuera de la fuerza de trabajo, empleados y desempleados, comprando o vendiendo, pidiendo dinero prestado o prestando. La gente con frecuencia se preocupa más por la inflación que por el desempleo porque más gente se ve afectada por la inflación. Cuando la gente ve sus mayores ingresos como una justa retribución a su trabajo, considera a la inflación como un castigo que injustamente le está robando su poder de compra. Mucha gente no se detiene a comprender, que a menos que aumente el producto real por trabajador, los salarios más altos deben resultar en precios más altos. Los precios y salarios son simplemente los dos lados de la moneda. Hasta que los salarios nominales en promedio se mantengan con la inflación, muchos trabajadores no sufrirán pérdidas en su ingreso real como resultado de la inflación.
Aunque la inflación afecta a todos, golpea más a las personas con ingresos fijos en términos nominales. Por ejemplo, las pensiones son, por lo general fijas, y son erosionadas por la inflación; los jubilados que cuentan con ingresos por intereses nominales fijos también ven erosionados sus ingresos con la inflación no anticipada. En resumen, mientras el nivel y la composición de la inflación son plenamente anticipados por todos los participantes de el mercado, la inflación es menos importante para el análisis macroeconómico que cuando la inflación no es anticipada. La inflación anticipada arbitrariamente redistribuye el ingreso y la riqueza de un grupo a otro y reduce la habilidad para hacer planes a largo plazo. Entre más variable e impredecible es la inflación, mayor es la dificultad de negociar contratos a largo plazo. La productividad de toda la economía cae porque la gente pasa más tiempo arreglándose con la incertidumbre creada por la inflación y menos tiempo produciendo bienes y servicios.