Los criterios a tener en cuenta para la selección de objetivos, se deben establecer acorde con las necesidades de la organización, la combinación de recursos y la contribución para alcanzar la misión y visión.
Después de verificar qué se espera de la organización, utilizando como banderas la misión y la visión de la misma, se deben enunciar clara y cuantitativamente los resultados esperados.
Los objetivos definidos deben ser reales y converger en la misma dirección que los resultados organizacionales globales esperados.
Manteniéndose dentro de los principios establecidos de la administración, se estructuran los objetivos en forma clara, enfocados a los propósitos del negocio.
Hay que evitar establecer objetivos secundarios para no dispersar los objetivos esenciales.
Se debe establecer el resultado esperado y el tiempo necesario para el cumplimiento del objetivo.
Deben establecerse objetivos conectados a responsables, actividades, metas y tareas; aquí se puede conectar el sistema de gestión organizacional.
Los objetivos deben ser concretos y suficientes, y su lenguaje debe ser comprensible a todos los niveles de la organización.
Los objetivos deben ser alcanzables, indicar el cuanto y no el cómo.
Los objetivos deben estar sincronizados con todos los sistemas organizacionales, incluido el financiero y presupuestal.
Los objetivos deben ser compatibles entre sí, de tal manera que las actividades tengan mayor impacto respecto a los resultados esperados.